El hotel Raffles de Singapur es un hotel de lujo y uno de los más emblemáticos del sudeste asiático, una joya de la arquitectura colonial británica. Aunque data de 1887, no fue hasta 1899 cuando se construyó el actual edificio.
Los hermanos armenios Sarkies, fundadores del hotel, lo bautizaron así en honor a Sir Thomas Stamford Raffles, gobernador británico de Java y fundador de Singapur. Sin embargo, durante la ocupación japonesa de esta ciudad-estado, pasó a denominarse Raffles Syonan Ryokan y sirvió provisionalmente como campo de prisioneros aliados.
Suites y huéspedes ilustres
En el hotel Raffles, al igual que en el Hotel Sofitel Metropole de Hanoi se alojaron los mismos aventureros y escritores que viajaron por Asia a mediados del siglo XX. Bajo la famosa frase “See You at Raffles” se celebraron reuniones, actos sociales, fiestas y encuentros cotidianos regados con abundantes cócteles entre los occidentales residentes o de paso por Singapur. En este hotel de lujo también existen habitaciones y suites dedicadas a sus ilustres huéspedes: Somerset Maugham, Herman Hesse, Rudyard Kipling y Joseph Conrad, autor de “El corazón de las tinieblas” en la que se basó el guión de la película “Apocalypse Now” de Francis Ford Coppola. Se cuenta que Maugham escribió en el hotel Raffles gran parte de “La Carta”; basándose en las habladurías escuchadas durante las continuas fiestas celebradas allí. “La Carta” es una novela que posteriormente protagonizaría Bette Davis en la gran pantalla.
Ava Gardner también tiene una suite con su nombre, como recuerdo de su estancia en el Raffles en 1954 durante el rodaje de “La condesa descalza” de Joseph L. Mankiewicz. Otros huéspedes del séptimo arte fueron Ginger Rogers, Charles Chaplin y Paulette Goddard -una vez más-o Liz Taylor.
Cóctel Singapore Sling
En el Hotel Raffles, en concreto en el Long Bar, se inventó un mítico cóctel de color anarajado: el Singapore Sling. Ideado en 1915 por el barman Ngiam Tong Boon, originariamente contenía ginebra, licor de hierbas, de cereza y zumo de piña. Es curioso que en este bar, a pesar de pertenecer a un hotel de lujo, ensuciar el suelo con las cáscaras de los cacahuetes es casi una tradición; algo impensable en Singapur donde está prohibido arrojar cualquier cosa al pavimento e incluso masticar chicle.
Monumento nacional
En 1987 el gobierno de Singapur lo declaró Monumento Nacional. Quizá por ello y también para preservar la intimidad de los clientes, las visitas al hotel Raffles quedan restringidas al patio exterior, a la sala de billar, al teatro victoriano y al museo. Sí, porque a pesar de ser un hotel cuenta con su propio museo y un teatro. Desde luego, visitar el museo y la sala de billar es ya toda una experiencia.
Eso sí, la magia de su ambiente imperial perdura gracia a la arquitectura colonial adornada con exóticas alfombras y mobiliario de época, a la porcelana china, al menaje de plata y al ceremonioso personal que te traslada a otra época desde la misma puerta con el exótico atuendo indio de su portero.
En cualquier caso y aunque sea a través de Internet “See you at Raffles”.
Galería:
Enlaces de interés:
Youtube: Singapur y Hotel Raffles en 1961
Youtube: Hotel Raffles Singapur
Fotografías:
www.flickr.com/photos/pablosanchez
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