Edimburgo es una ciudad deslumbrante, con rincones mágicos y leyendas esotéricas, parece el escenario de algún legendario relato medieval. Visitarla es un plan perfecto para una escapada en pareja, con amigos o con niños. Sus distancias son muy manejables. Si te alojas por el centro no necesitarás coger ningún transporte público a no ser que el agotamiento te venza al final de la jornada.
La capital escocesa no defrauda ni aunque hayas visitado otros lugares de aire medieval como Gante o Brujas. Edimburgo posee un encanto especial y es el lugar de nacimiento de innumerables personalidades de relevancia: escritores y escritoras, aventureros, inventores, filósofos…
Son muchos también los lugares que visitar: el castillo, el cementerio de Greyfriars, la ruta de Harry Potter si eres fan, el palacio de Holyrood, el museo de los escritores o Writers’ Museum, el antiguo Edimburgo subterráneo (Mary King’s Close), Grassmarket, el mercadillo de Navidad o el festival de música en verano, entre otros.
En este post quiero ofrecerte 9 recomendaciones personales para disfrutar de Edimburgo que quizá no aparecen destacadas o no están en las guías y que a mí me resultaron muy útiles para disfrutar de la capital de Escocia. Aquí van:
1- Compra las entradas al castillo por internet
Si las adquieres por internet el precio es más barato, además de ahorrarte la cola de las taquillas porque accedes directamente al castillo por la entrada reservada para ello. La visita te puede llevar unas tres horas, calcula el momento de ir si te apetece ver el cañonazo que se lanza todos los días a las 13h.

Vista de Edimburgo desde una de las baterías de cañones del castillo.
2- Visita el callejón de White Horse
La Royal Mile, su avenida más emblemática, está rodeada de callejones, algunos con mucho encanto como el de White Horse Close. En el camino hacia el nuevo Parlamento y Holyrood Palace se encuentra este precioso callejón que te transportará a otra época, puesto que se conserva tal y como era en el siglo XVII. Un lugar donde el tiempo parece detenerse. Allí se encontraba una posada del mismo nombre desde donde partían los viajes hacia Londres. Se dice que el nombre se debe al caballo de María Estuardo.

El grupo de viviendas de White Horse Close por la noche parece el escenario de cuento mágico.
3- Descubre los jardines de Dunbar’s Close
Este es otro de los callejones adyacentes a la Royal Mile que pueden pasarte desapercibidos. La jardines del callejón de Dunbar deslumbran no solo por su colorido y cuidada simetría, sino también por hallarse escondidos en un recóndito rincón que no parece dar cabida a semejante vergel, tras la agitada Roya Mile. Te recomiendo que sigas el sendero que encontrarás a la entrada porque se extienden más allá de lo que parece a primera vista.
4-Tómate algo en The Standing Order Pub
Visitar este pub merece la pena por dos razones: precio e historia. Ubicado en el nº 62 de George Street, se trata de un espectacular edificio que mantiene el esplendor de las instalaciones de lo que originariamente fue un banco. Puedes recorrer sus distintos salones y descubrir dónde está la puerta de la antigua caja fuerte del banco. También verás en su zona central y en lo alto, la escultura de un hombre arrojando una maleta de billetes ¿significativo verdad?
Uno de los salones, dedicado al magnífico escritor y aventurero escocés Robert Louis Stevenson, está amueblado, como no podía ser menos, con estanterías repletas de libros. Si como yo, eres entusiasta de este escritor, te aconsejo que visites el Writers’ Museum de Edimburgo, donde descubrirás más sobre su vida y sus obras en un precioso edificio situado en Makar’s Close.
The Standing Order también es un pub ideal si viajas con niños puesto que disponen de salas con pinturas de colores y hojas para que los más pequeños se entretengan.
La otra razón para visitarlo, como decía al principio, es su económico precio. Las cervezas en tamaño pequeño (glass) o las pintas (pint, pronuciado «paint») son mucho más baratas que en el resto de los pubs de Edimburgo y ofrecen idéntica variedad y calidad.

La encantadora Victoria Street cerca de Grassmarket sirvió de inspiración a J.K. Rowling para crear el callejón Diagon.
5- Baila ceilidh y disfruta como un auténtico escocés
El ceilidh (pronunciado «kili») es un baile popular que se disfruta en grupo. Es muy animado, tanto por sus movimientos como por su ritmo y tampoco hay que ser un gran bailarín para participar. Así que si te gusta bailar, te recomiendo que te acerques a alguno de los locales donde se baile ceilidh. Eso sí, fíjate en que no sea solo un espectáculo de exhibición, sino de participación 🙂
6- Come o cena en el restaurante The Dome
La historia de The Dome es similar a la del pub The Standing Order. Se trata de un edificio que empezó a construirse como la sede del colegio de médicos y que terminó siendo la del Banco de Escocia. Después del traslado de esta oficina central a otro enclave de Edimburgo, Patrimonio adquirió el edificio y lo convirtió en un restaurante.
La opulenta apariencia exterior e interior The Dome puede transmitir la idea de un restaurante caro y exclusivo. Sin embargo, sus precios son asequibles como puedes comprobar en su web. La comida se sirve de forma exquisita aunque dentro de lo que es la gastronomía escocesa. Además, el trato con el cliente es cercano, nada de maneras afectadas como se estila en algunos restaurantes pretenciosos. Disfrutarás conversando con camareros y camareras de distintos lugares del mundo y descubrirás que la mayoría de ellos han encontrado en Edimburgo su lugar en el mundo. Por algo será.
7-The World’s End: el mejor Fish & Chips de Edimburgo
Si bien he de aclarar que no soy una entusiasta de este plato, tengo que reconocer que el Fish & Chips de The World´s End es el mejor que he probado, tanto por la calidad del pescado como por la de las patatas. El pescado por una vez es más grande que su rebozado y está jugoso. Y la ración, desde luego, es como para no quedarse con hambre.

Las maravillosas ruinas de la antigua Abadía de Holyrood ubicada en el palacio del mismo nombre.
8- Prueba haggis, el plato típico, sin miedo
Probablemente, es el plato más tradicional de la gastronomía escocesa. Quizá te disuada el oscuro aspecto de este alimento en crudo o sus ingredientes: vísceras de cordero. Sí, la descripción no mola nada. Sin embargo, una vez en el plato es muy similar a la morcilla desmigada y su sabor también. Se sirve sobre una salsa de whisky y acompañado de puré de patatas. Es una auténtica delicia, ¡no te quedes con la duda y pruébalo!
9- NO utilices los servicios de Dunedin Taxis
A pesar de que no me gusta escribir malas críticas, me siento en la obligación de aconsejarte que NO uses los servicios de la app Dunedin Taxis en absoluto. Me decidí por ella porque tiendo a recurrir a servicios locales como es su caso.
Sin embargo, aunque que aseguran en su web y en la app que ofrecen el servicio en 15 minutos, no fue el caso. El coche llegó 40 minutos después de la hora concertada y casi perdemos el avión de vuelta. A pesar de la reclamación, ni los responsables ni el conductor ofrecieron disculpa alguna. Este último tampoco se mostró dispuesto a hablar con los responsables ni a ser diligente en el transporte, todo lo contrario; incluso aseguró que no llegaríamos a tiempo para coger el vuelo. Finalmente, tras una buena carrera por el aeropuerto y gracias a que no es demasiado grande, logramos subir al avión de vuelta.
Pero lo dicho, utiliza mejor otro servicio de transporte público o privado al aeropuerto.

La noria y el carrusel del mercadillo de Navidad de Edimburgo.
Y una curiosidad: fíjate en este reloj único en el mundo
Como ya sabrás si sueles leer este blog, me encanta visitar hoteles históricos. En Edimburgo merece la pena acercarse a ver el Hotel Balmoral. Se construyó a principios del siglo XX para alojar a los pasajeros de la estación de tren adyacente, ahora soterrada. Este magnífico edificio, ubicado en el nº 1 de Princess Street junto al puente de North Bridge, cuenta con un precioso reloj en su torre que se divisa desde distintas zonas de la capital.
La curiosidad es que la gerencia originaria del hotel decidió adelantar el reloj 3 minutos para dar un poco más de tiempo a los huéspedes que tuvieran que coger un tren. Actualmente, este reloj continúa adelantado para mantener la tradición. Es más, es el único reloj del mundo cuyo mantenimiento se paga para no dar la hora exacta. La excepción es la víspera de Año Nuevo cuando ponen el reloj en la hora exacta para dar las campanadas del cambio de año con precisión. Después vuelven a adelantarlo 3 minutos, compruébalo si vas a Edimburgo.

El reloj del hotel Balmoral de Edimburgo es el único cuyo mantenimiento se paga para que vaya con tres minutos de adelanto sobre la hora exacta.
Y hasta aquí mis recomendaciones. Espero que te gusten si viajas a Edimburgo pero te aconsejo, sobre todo, que te pierdas por sus calles para descubrir rincones especiales y personas maravillosas. Eso sí, aunque hables bien inglés, comprobarás que los escoceses tienen una pronunciación peculiar 🙂 aunque con su amabilidad y simpatía es fácil entenderse.
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